Al día siguiente de tener el diagnóstico TEA de Aarón, llevé una copia de los informes a la Casita, me los recogieron y me dijeron que vendría a verle la encargada del equipo de Atención Temprana de casitas infantiles de la zona.
Tras verle un par de días, tuvimos una reunión con ella, en la que nosotros dijimos que Aarón había visto mucha tele desde que era muy pequeñito, pues este era el único método que nos quedaba para poder trabajar (yo en el odenador desde casa), si no se ponía a llorar y llorar.
Ella nos dijo que, a su parecer, Aarón no tenía TEA, sino que tenía mucha TV y por ello no estaba lo suficientemente estimulado. Aún así, nos dió un informe para que le valorasen en el CRECOVI y solicitó la valoración por parte del equipo específico en trastornos graves del desarrollo de la Comunidad de Madrid.
Con un lío en la cabeza de tres pares de narices, Edu y yo decidimos llevarle a una neuropediatra privada, para que nos diera su opinión. Tras una hora de consulta, de entrevista y de verle su forma de actuar durante unos segundos, nos dijo que era muy pequeño para determinar si tenía TEA, TEL, TDAH, si era un retraso madurativo o si en realidad era mucha TV.
Salimos de allí prácticamente igual que entramos pero con 140€ menos en el bolsillo, lo único que teníamos claro, era que Aarón necesitaba una terapia estimulatoria, y que la necesitaba ya.
