"Autista"
"Autista"
"Tiene autismo"
"Va a su bola"
"Es autista"
"¿Por qué a nosotros?"
"No me pasa nunca nada bueno"
"Autista"
"Autista"
Una vez tras otra dentro de mi cabeza desde aquel día.
He tenido una pérdida. No va a ver los recuerdos que con tanto mimo y cariño le he preparado y lo sigo haciendo....
24 de Septiembre de 2019
Teníamos consulta con el neuropediatra, los nervios estaban apoderados de nosotros, vestimos nos habíamos levantado y en casa sólo se nos oía decir "si nos dicen que tiene autismo, tenemos que aceptarlo y luchar por ello, si no, no le ayudaremos".
Aarón estaba guapísimo
Llegamos al Hospital de Torrejón, fue al que nos derivó la pediatra ya que, aunque nos quedaba un poco llejos, era en el que más pronto nos daban la cita. Entramos a la consulta y Aarón no miró al doctor, se fue directo a ver las luces, a las llaves de la luz para apagarla y encenderla, cogió las ceras de colores que tenía el doctor en su mesa y las tiró, mientras que nosotros íbamos contando poco a poco al médico todos nuestros pareceres, las actitudes de Aarón y nuestras impresiones.
El médico se llevó a Aarón a una sala contigua llena de juguetes, pero él decidió jugar con una caja de insulina que había encima de la mesa del ordenador, la cogía, la tiraba, la daba vueltas, la tiraba, la cogía y seguía con las vuetltas. Caminando, como siempre en puntillas, y haciendo ruiditos con la boca...
Tras unos minutos volvimos a la consulta, el doctor se puso a escribir en el ordenador y tras un larguísimo silencio (al menos larguísimo para nosotros) -Aarón tiene un retraso del desarrollo y Trastorno del Espectro Autista, veo cada mes unos 800 niños en mi consulta, en ocasiones tengo que esperar a una segunda o tercera consulta, pero en este caso lo tengo clarísimo. Además tened en cuenta que los niños que tienen TEA no tienen rasgos físicos característicos, de hecho, suelen ser extremadamente guapos, como el vuestro- Ahí se quedó, resonando en la cabeza, con las lágrimas que querían salir por los ojos, pero no podía dejarlas, no podía caer, al menos de momento.
Pero cuando llegó la noche, Aarón estaba en la cama y Edu trabajando, cayeron, no veas si cayeron, y al dia siguiente, y al siguiente, y al siguente... y aún hoy, de vez en cuando, siguen cayendo...
